Vigorexia: Causas, síntomas y tratamiento
La vigorexia es un trastorno psicológico caracterizado por un intenso deseo de tener un cuerpo musculoso, combinado con la compulsión a hacer ejercicio en exceso. A veces se denomina "dismorfia muscular" o "bigorexia". La vigorexia suele compararse con la anorexia y la bulimia, ya que implica una preocupación extrema por la imagen corporal. Aunque afecta principalmente a los hombres, las mujeres y los adolescentes también pueden padecer vigorexia.
En los últimos años, el trastorno se ha vuelto cada vez más común entre culturistas, atletas y entusiastas del fitness, gracias en parte a la proliferación de las redes sociales y al auge del llamado movimiento "fitspiration". La vigorexia puede tener graves consecuencias físicas y psicológicas, y puede requerir ayuda y tratamiento profesionales. En este artículo hablaremos de las causas, los síntomas y el tratamiento de la vigorexia.
Causas de la Vigorexia
No se conocen las causas exactas de la vigorexia, pero se cree que es una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Algunos investigadores creen que la vigorexia está relacionada con un desequilibrio químico subyacente en el cerebro. Otros creen que es consecuencia de una baja autoestima o de la insatisfacción corporal. La vigorexia también puede estar relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo u otros trastornos de ansiedad.
Además, los factores sociales y culturales pueden contribuir al desarrollo de la vigorexia. A los hombres, en particular, se les presiona a menudo para que se ajusten a un determinado ideal masculino, caracterizado por cuerpos delgados y musculosos. Este ideal se ve reforzado por los medios de comunicación, la industria de la moda y la industria del fitness, y puede conducir a actitudes y comportamientos poco saludables.
Síntomas de la Vigorexia
Los síntomas de la vigorexia pueden variar de una persona a otra, pero hay algunos signos comunes a los que prestar atención. Los individuos con vigorexia pueden tener una intensa preocupación por su aspecto, pasando excesivo tiempo frente al espejo, comprobando y volviendo a comprobar su apariencia física. También pueden obsesionarse con su dieta y su rutina de ejercicios, y experimentar ansiedad y angustia si no son capaces de seguir su plan.
Otros signos de vigorexia pueden ser: una imagen corporal distorsionada, con dificultades para verse tal como son en realidad; aislamiento y evitación de actividades sociales para hacer más ejercicio; cambios de humor e irritabilidad; mayor sensibilidad a los comentarios o bromas sobre el aspecto físico, y cambios en los patrones de sueño.
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Tratamiento de la Vigorexia
El tratamiento de la vigorexia suele centrarse en abordar los problemas psicológicos y emocionales subyacentes. Puede incluir psicoterapia, asesoramiento y medicación. Muchas personas con vigorexia pueden beneficiarse de la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a replantear pensamientos y creencias perjudiciales, y a aprender formas más sanas de controlar el estrés y la ansiedad. También es importante abordar cualquier trastorno mental concurrente, como la depresión o la ansiedad.
Además del tratamiento profesional, también es importante que las personas con vigorexia tengan un sistema de apoyo sólido. Esto puede incluir a familiares y amigos, o un grupo de apoyo de personas que tengan experiencias similares. Tener un sistema de apoyo puede ayudar a aliviar los sentimientos de aislamiento y proporcionar ánimo y motivación.
Conclusión
La vigorexia es un trastorno psicológico grave que implica una intensa preocupación por un cuerpo musculoso y la compulsión a hacer ejercicio en exceso. A menudo se asocia a presiones sociales y culturales malsanas. Las causas de la vigorexia no se conocen del todo, pero se cree que es una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Los síntomas de la vigorexia pueden variar de una persona a otra, pero suelen implicar una imagen corporal distorsionada, un control obsesivo de la apariencia en el espejo y ansiedad en torno a la comida y el ejercicio.
El tratamiento de la vigorexia se centra en gran medida en abordar los problemas psicológicos y emocionales subyacentes, mediante psicoterapia, asesoramiento, medicación o una combinación de éstos. Un sistema de apoyo sólido también es importante para las personas con vigorexia. Si tú o alguien que conoces está luchando contra la vigorexia, es importante buscar ayuda y apoyo profesionales.
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