¿Qué es la lobotomía y por qué se practicaba?
A mediados del siglo XX, la práctica de la lobotomía se utilizaba ampliamente para tratar enfermedades mentales y otros trastornos neurológicos. Consistía en cortar las conexiones entre los lóbulos prefrontales, o "lóbulos frontales" del cerebro, y el resto del cerebro. Se creía que "curaba" una serie de trastornos mentales y físicos, como la esquizofrenia, la depresión maníaca (ahora conocida como trastorno bipolar) y la epilepsia. También se utilizaba para tratar a pacientes propensos a la violencia o a autolesionarse.
Lobotomía procede del griego "lobotomizein", que significa "cortar o seccionar el lóbulo", concretamente en referencia a los lóbulos frontales. Fue introducida en 1935 por el neurocirujano portugués António Egas Moniz, que recibió el Premio Nobel por el descubrimiento, y su colega Walter Freeman. Creían que el procedimiento podría curar las enfermedades mentales, pues se creía que la zona de los lóbulos frontales era la sede de la inteligencia y la memoria. La idea era que las alteraciones emocionales e intelectuales causadas por las enfermedades mentales podían "curarse" extirpando las partes del cerebro afectadas.
Las primeras operaciones de lobotomía, conocidas como "leucotomía", consistían en perforar el cráneo y aplicar alcohol y formaldehído a determinadas partes del cerebro. Este procedimiento no sólo era invasivo, sino también bastante peligroso, pues muchos pacientes sufrían complicaciones derivadas de la anestesia y de la propia operación. Con el tiempo, se desarrolló un procedimiento menos invasivo, llamado "lobotomía prefrontal", que consistía en introducir un instrumento afilado, como un punzón, en el cerebro a través de los huesos orbitales. A continuación, el cirujano cortaba o raspaba partes del cerebro.
A pesar de los muchos peligros potenciales y efectos secundarios, la lobotomía se convirtió en un tratamiento estándar para las enfermedades mentales a mediados del siglo XX. Se calcula que entre 20.000 y 40.000 pacientes se sometieron a este procedimiento en Estados Unidos. Algunos pacientes de lobotomía se quedaban sin vida, pasivos e indiferentes a su entorno, mientras que otros experimentaban cambios de humor extremos, incontinencia y convulsiones. Además, también se produjeron efectos secundarios psicológicos y mentales, ya que muchos pacientes perdieron la memoria y la función cognitiva como consecuencia del procedimiento.
En Auto Coaching PNL hemos creado un grupo de Telegram (pincha aquí) para intentar ayudarnos y hablar entre nosotros. Bienvenidx!!! ;)
La práctica de la lobotomía empezó a caer en desgracia en la década de 1950, cuando médicos e investigadores empezaron a cuestionar la seguridad y eficacia del procedimiento. Se introdujo la torazina como medicamento antipsicótico, y pronto se descubrió que la lobotomía no era necesaria para tratar la esquizofrenia y otros trastornos mentales. Además, las preocupaciones éticas sobre la práctica de la lobotomía, incluida la falta de consentimiento informado, también contribuyeron a su declive.
Hoy en día, la práctica de la lobotomía se ha abandonado en gran medida, ya que los riesgos y efectos secundarios del procedimiento superan con creces cualquier beneficio potencial. Ahora se reconoce que los lóbulos prefrontales son responsables de regular el comportamiento y las emociones, y que extirparlos o dañarlos puede causar daños importantes y a menudo irreversibles en el cerebro. En consecuencia, los médicos e investigadores se centran ahora en otros enfoques para tratar las enfermedades mentales, como la medicación, la terapia y las intervenciones cognitivo-conductuales.
En conclusión, la lobotomía era un tratamiento muy utilizado para las enfermedades mentales a mediados del siglo XX. El procedimiento consistía en cortar las conexiones entre los lóbulos prefrontales y el resto del cerebro, con el fin de "curar" una serie de trastornos mentales y físicos. Sin embargo, quedó claro que los riesgos y efectos secundarios del procedimiento superaban con creces cualquier beneficio potencial, y la práctica de la lobotomía se ha abandonado en gran medida. En la actualidad, los médicos e investigadores se centran en otros enfoques para tratar las enfermedades mentales, como la medicación, la terapia y las intervenciones cognitivo-conductuales.