Casi todos tenemos una mala relación con el dinero porque culturalmente se nos ha educado así. Hay muy pocas personas que no estén peleadas con el dinero y sabéis a que nos lleva esto…a no conseguirlo. Si estamos peleados con lo que queremos la ley de la atracción no nos lo va a dar.
Según nuestra tradición judeo-cristian, la ambición está mal vista y es lo que nos han inculcado desde que nacemos. Nos han hecho sentir culpables por querer demasiado, por desear ser ricos. La culpa es un invento judeo-cristiano que no existe en otras culturas. No está mal tener metas. Nos tenemos que quitar eso de la mente para poder avanzar hacia nuestros objetivos. La ambición, es necesaria. No hubiésemos conseguido todo lo que tenemos en nuestra sociedad actualmente sin ambición. Como personas ambicionar con ser cada día mejor persona y querer cambiar es un reto emocionante y lícito.
¡No hay nada malo en la ambición de mejorar y querer conseguir dinero para alcanzar nuestras metas!
¡Cambia tu relación con el dinero!
Yo quiero dinero para poder viajar, comprar comida, salir a cenar con mis amigos o mi pareja, poder pagar una renta o una hipoteca… y no hay nada malo en desear esto. Además deseo que todo el mundo lo pueda alcanzar, al igual que deseo que todos se puedan realizar y conseguir sus objetivos.
¿Para qué quieres tú el dinero?
Si ves el dinero como algo sucio que no va contigo o tienes una relación complicada con él, no hace falta decir que tendrás problemas para obtenerlo. ¡Necesitas volver a escribir tu relación con el dinero! Hazlo para alcanzar tus objetivos.
Piensa que cada uno gasta su dinero/energía en sus prioridades, conviértete en alguien importante para la gente, para que quieran gastar su dinero en ti. Ese es el secreto. El dinero está ahí y se mueve cada día de manos. Cambia tu relación con él para poder obtenerlo.
Vía: IsabelCorell.com
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